¿TOMAS A DIOS EN CUENTA EN TUS DECISIONES?

“¿Cómo saben qué será de su vida el día de mañana? La vida de ustedes es como la neblina del amanecer: aparece un rato y luego se esfuma. Lo que deberían decir es: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello” Santiago 4:14-15 (NTV)

¿Al hacer tus planes y tomar tus decisiones incluyes a Dios o lo haces de acuerdo a tus propios deseos sin tomarlo en cuenta?

Hago esta pregunta porque es normal tomar decisiones propias y después orar, o simplemente continuar y luego entregárselo al Señor, lo que no es lo ideal. Cuando aceptamos al Señor en nuestro corazón y decidimos seguirlo le damos el volante de nuestras vidas para que sea Él quien dirija todo, pero como estamos en lo carnal es normal que muchas veces le quitemos ese volante. Cuando eso ocurre vivimos experiencias no muy buenas, sin embargo, como dice su palabra en Romanos 8:28 “Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos”. Como Él sabe todo lo que vamos a hacer lo utiliza para convertirlo en algo bueno para nuestras vidas. Por eso es importante poner todo en manos de Dios y dejar que Él nos dirija, nos muestre el camino que debemos seguir y veremos cosas increíbles en nuestras vidas. Sin embargo, no todo será maravilloso porque ser guiados por Dios no significa que no habrán tribulaciones, claro que sí, pero pase lo que pase, será de crecimiento y bendición para nuestras vidas.

Por eso hoy te invito a que reflexiones en esto, es una palabra que tiene mucho por examinar y poner en práctica. Hay momentos en que no es fácil. El querer hacer algo y tener ese temor de que si no es plan de Dios, no debemos hacerlo y si lo hacemos, no nos irá muy bien, por lo que es vital buscar la voluntad de Dios y hacerla por encima de nuestros deseos. Sus planes son mucho más grandes y mucho mejores que los nuestros. Aunque a veces no entendamos las circunstancias que vivamos, si vamos de su mano nos irá bien y no tendremos nada que temer.

Hagamos una pequeña oración: “Señor en esta hora te pido perdón si he tomado decisiones sin consultarte primero, dejándote a un lado. Te doy gracias porque siempre estás conmigo y en medio de todo me has ayudado a seguir adelante. Te pido que me ayudes a tomar buenas decisiones y a no preocuparme por el futuro, el cual entrego en tus manos y confío en que tus planes son mucho mejores que los míos. Gracias por tu infinito amor y misericordia, te alabo y te bendigo. Amén”

Dios te guarde y te bendiga grandemente.