¿En qué crees?
- Gabriela Sofía Jaramillo
- 3 abr 2021
- 3 Min. de lectura

Esta semana más allá de tener unos días libres para descansar, son unos días para detenernos, recordar y entender realmente lo que simboliza Jesús en nuestras vidas y afirmar en lo que creemos.
La muerte y resurección de Jesus, suele ser más importante de lo que comúnmente pensamos.
Sin este suceso, lo que creemos y esperamos no tiene sentido.
No tiene sentido "celebrar" la semana santa si sacamos a Jesús de la ecuación, y mucho más allá, no tiene sentido nuestra fe, si no entendemos que es Jesús quien la fundamenta:
"puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios". Hebreos 12:2 (énfasis añadido).
Jesús es quien consumó nuestra fe.
El diccionario de Oxford Languages define "consumar" de la siguiente manera: "Dar cumplimiento a un acto jurídico, especialmente a un contrato".
Jesús al morir no simplemente nos da la opción de ser salvados a través de la fe, sino que cerró un contrato. Pagó nuestra deuda.
Porque la paga del pecado es muerte. Todos somos pecadores, por lo tanto todos merecíamos morir por nuestras faltas. Si usted ha dicho al menos una mentirilla blanca, eso lo convierte en un pecador. Todo aquello que nos aleja de Dios, su bondad, su pureza, por mínimo que nos pueda parecer, es un pecado que por ley debía acabar en la muerte.
¿Qué hizo Jesús? Jesús fue a la muerte más cruel registrada en la historia de la humanidad para pagar el dolor de tu pecado y el mío, con tal de que ahora nosotros, sus hijos, tengamos vida eterna con Él; y que tengamos cada día de nuestras vidas aquí en la tierra gozo, paz y vida abundante.
Por ello, antes de morir en la cruz, Jesús dijo "consumado es". La deuda está saldada. El trato ha sido cerrado. Hemos sido comprados a un precio muy alto, a precio de sangre derramada por el único hijo de Dios.
Ahora, si bien la deuda ha sido saldada, esto no tiene sentido y fundamento si Jesús hubiese permanecido muerto. Todos moriremos, pero he aquí lo que hace única nuestra fe: Jesús resucitó.
"y si Cristo no ha resucitado, entonces toda nuestra predicación es inútil, y la fe de ustedes también es inútil" 1 Corintios 15:14
¿De qué serviría si no tenemos el regalo de la vida eterna? El trato fue un cambio, de que otro muriera por nosotros, para que ahora podamos vivir eternamente.
"Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá". Juan 11:25
Jesús resucitó al 3er día. Esto hace única nuestra fe, el único que ha podido volver de la muerte es el autor de nuestra fe.
Así ahora la historia ha sido cambiada, sin ninguna deuda por saldar a través de nuestra fe en aquel que lo ha pagado todo: La dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús. Este es el regalo que tú y yo recibimos, si deseamos aceptarlo.
¿Y tú, ya lo aceptaste?
Si aún no lo has hecho o deseas reafirmar tu fe en este día, te invito a hacer conmigo esta oración:
Jesús, te reconozco como mi único y suficiente salvador. Perdóname por todos mis pecados, todo lo que he hecho que me aleja de ti. Creo en tí. Creo en que pagaste el precio por mis pecados y que resucitaste al tercer día. Te invito a que entres en mi vida y guíes mi caminar cada día. Gracias por darme el regalo de la vida abundante, eterna y una nueva esperanza. En el nombre de Jesús, amén.
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