Nuestro principal alimento
- Nezlyn Santos
- 3 may 2021
- 2 Min. de lectura

“Yo soy el pan de vida -declaró Jesús-. El que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed.” Juan 6:35 (NVI)
Dios es ese alimento que puede llenar cualquier vacío y cualquier necesidad que tengamos con sólo buscarlo e ir ante su presencia. Un ejemplo que refleja lo que dice ese versículo es cuando nos sentimos tristes o desanimados con esa inquietud de que algo nos falta, y ese es nuestro espíritu manifestando la necesidad del pan de vida que es Cristo, Él es el único que suple todas nuestras necesidades tanto físicas como espirituales.
Recuerdo un día en el que dispuse toda la mañana para tener un tiempo especial con el Señor y, como por lo general, ocurren distracciones que impiden tener ese momento. En esa mañana mi mamá me pidió que la ayudara con unas cosas, así que fui a hacerlo; pero, como comenzó a llevarse tiempo, empecé a sentirme impaciente con la enorme necesidad de ir a mi habitación a tener el tiempo de adoración que anhelaba. Me disculpé con ella después de ayudarla un rato y fui al encuentro con el Señor, lo cual fue increíble. Llenarse del Señor, especialmente en los momentos que uno siente sed y hambre espiritual, es algo sobrenatural.
Y a eso precisamente se refiere el versículo, suple esas necesidades espirituales siempre que estemos dispuestos a permanecer junto a Él, buscarlo cada día y no alejarnos sin importar los obstáculos que se nos presenten, tratando de impedir nuestra comunión con nuestro Padre Celestial. Se dice fácil, pero sí se puede ya que es una lucha constante en la que no podemos dejarnos vencer. Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece.
Así que mi invitación en este devocional es que apartes un tiempo de comunión con Dios diariamente, eso ayudará a fortalecer tu relación con Él y te inundará una paz y un gozo indescriptibles. Vale la pena tener ese alimento espiritual constante, ya que de esta manera, cuando pasemos por situaciones difíciles, tendremos la fortaleza y la paz que solo Él da porque siempre está con nosotros.
Hagamos una oración: “Señor te doy gracias por tu amor y tu fidelidad. A pesar de que nosotros fallamos y cometemos errores, tú estás siempre a nuestro lado y no nos abandonas; por eso te pido en este momento que nos ayudes a permanecer conectados contigo, a seguir alimentándonos del pan de vida que eres tú y que es tan necesario para nuestra alma, espíritu y cuerpo. Te alabamos y te bendecimos, amén.”
Nezlyn Santos








Comentarios