Descuidé a mi amigo
- Gabriela Sofía Jaramillo
- 16 abr 2021
- 2 Min. de lectura

Muchas veces nos sobrecargamos de actividades en nuestro día a día. Nos levantamos rápido, pensando en todo lo que tenemos que hacer del trabajo, estudios e incluso la iglesia puede saturarnos al servir, y descuidamos nuestra relación con Dios por nuestras múltiples responsabilidades.
Entre todo este “corre-corre” podemos hacer a un lado nuestro tiempo de intimidad con nuestro amigo y padre celestial. Este tiempo con Dios puede comenzar a reducirse a sólo la oración por los alimentos y quizá una muy, pero muy breve al iniciar nuestro día.
De esta forma, muchas veces sin darnos cuenta, podemos comenzar a enfriarnos y alejarnos un poco de Él. Te darás cuenta de esto al ver en tu vida reinando cada vez más el afán, la preocupación, el temor, la irritabilidad, el enojo; en lugar de su paz victoriosa, gozo en el espíritu y amor incomparable.
Incluso si no tenemos cuidado, las cosas que habíamos dejado pueden volverse una verdadera tentación que nos puede hacer caer. La intimidad es clave para mantener nuestra relación con Dios, y estar llenos de su gozo. Está de logra a través de la oración genuina y constante (1 Tesalonisenses 5:17) , y escudriñando las escrituras (Biblia).
"Muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de la casa y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar". (Marcos 1:35)
Cuando leemos los evangelios, veremos que Jesús siempre tomaba un tiempo para orar. Siempre se apartaba de los discípulos para estar buscar dirección, descanso, fortaleza en el Padre. En tiempos de intimidad. Si Él lo buscaba, ¡cuánto más nosotros! Ese es el ejemplo que nos dejó.
Hoy te ánimo a que busques un tiempo diario en tu agenda para Dios. Un tiempo intocable. Un tiempo en el cual puedas hablar con Él y conocerle más, tal y como lo harías al agendar un tiempo con un amigo, verás que no te arrepentirás.
Vive con gozo y fortaleza. Vive cerca de Jesús.
¡Dios te bendiga!
PD: Si no sabes en qué momento del día hacerlos, los tiempos en las mañanas son muy especiales y buenos para estos tiempos de intimidad, ya que iniciamos nuestro día llenos de Él, su paz y su amor. Por las noches muchas veces oramos muy agotados o no nos queda mucho la lectura del día anterior. Si lees por la mañana, llevarás fresca esa palabra a lo largo de tu día.
Esto no es una ley. Jesús de apartaba en las tardes luego dejar una palabra, en las noches, hacía vigilias y también por las mañanas. En el caso de Daniel, él oraba 3 veces al día. Era este orad sin cesar. Encuentra el mejor momento para ti para estar con Él y sigue creciendo. Te mandamos un abrazo.
Te mantenemos en nuestras mentes, corazones y oraciones.
Gracias por existir.
Kommentare