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Por qué alabar: Recordar (parte1)

  • Gabriela Sofía Jaramillo
  • 24 feb 2021
  • 2 Min. de lectura


En la primera parte de este estudio hablábamos sobre qué es alabar y lo que realmente significa. Comentábamos que no se trataba solo de nosotros. El enfoque está en Él, pero enfocarnos en Él es algo que nos hace bien a nosotros ¿Ves cómo se mueve el tema de la relación?


¡Aquí vamos con el otro punto!


1) Nos recuerda quién es Dios.


Cuando nos enfrentamos a situaciones difíciles, podemos recordar uno u otro versículo y mantenerlos en nuestra mente. Ciertamente meditar en la palabra día y noche es algo que Dios nos dice que hagamos para mantenernos en Él y todo nos salga bien (Josué 1:8), pero muchas veces lo olvidamos. Esto, al parecer, es una tendencia en nosotros los humanos.


Un día, los discípulos estaban con Jesús en una barca, y les agarró una gran tormenta. Jesús dormía y ellos, desesperados, corrieron a despertarle ¡Se hundían y Jesús estaba dormido! Luego Él se levantó y calmó la tempestad con una orden de su voz. Entonces ellos se preguntaron quién era este, que incluso el viento y el mar le obedecían. (Mateo 8:23-17).

Si los a discípulos, quienes veían constantemente los milagros de Jesús, se les olvidaba quién era Él y lo que podía hacer, ¿¡qué queda para nosotros!? Es natural que esto suceda.


Olvidamos quién es Él. Olvidamos su poder en nuestras vidas. Olvidamos que Él está con nosotros. Olvidamos sus promesas.

La música tiene la capacidad de despertar la actividad cerebral, según estudios como el de Alluri et al., (2013). Indican que mueve nuestra memoria.


Muchas personas con problemas de memoria, enfermedades degenerativas como el alzhéimer y similares, pueden ser ayudadas a través de la música para ejercitarla y mejorar este aspecto en sus vidas.


Por otra parte, ¡La música es un potenciador para el aprendizaje! Otros estudios como el realizado por Ludke et al. (2013), reflejan que las personas tienen una mayor capacidad de aprender idiomas cuando cantan en lugar de solo repetir las palabras una y otra vez. Y así es como acabamos cantando el A, B, C en la escuela.


Escuchar música y alabanza juntas, nos ayuda a acordarnos de quién es Dios (grande, misericordioso, bueno, todopoderoso, amor), meditar en la palabra y recordar las promesas que Dios nos ha hecho en nuestro día a día y circunstancias difíciles. Cuando sentimos que la barca se hunde.


Si bien, la música no es la única manera en la que podemos alabar y adorar a Dios, es una manera hermosa, artística y efectiva manera. Podemos alabar así como lo hacían los escritores del libro de Salmos, capítulos que en su totalidad son canciones.


Dios habita en medio de la alabanza de su pueblo (Salm. 22:3). Es decir, que cuando tú le alabas, Él siempre escucha y está presente. Hazlo presente todos los días.

La batalla es más fácil cuando recordamos las armas que Dios nos da y que Él está siempre allí.


¡Pero la alabanza es mucho más que esto! Hoy canta a todo volumen y no te pierdas la próxima parte de este estudio.


¿Qué más esperas? Ponte tus audífonos, sonríe y ¡Alaba!


Un abrazo ¡Bendecida semana!

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